El rating inmobiliario determina la capacidad que tiene un activo inmobiliario de generar rentabilidad a una fecha determinada, en este caso a diciembre del 2020, fecha en la que el fondo de inversión pretendía tener finalizado y vendido el proyecto, y en la que había acordado el abono del capital y los intereses a sus inversores.
Vamos a comparar las imágenes de un mismo activo en promoción residencial nivel socio económico medio bajo, en la que se puede apreciar a simple vista cómo ha afectado el Covid-19 a los indicadores de riesgo, no pudiendo el fondo hacer frente a los abonos comprometidos, debido a la situación actual.
Como podemos ver en las imágenes, el covid-19 afecta a los indicadores de riesgo sistemáticos a distintas escalas: País, CCAA, Provincia: PIB, IPC, IBEX, deuda pública, tasa de paro, consumo, ciclo inmobiliario, etc. Municipio: Tramitación administrativa, población, etc. Área o Barrio: Oferta, demanda, burbuja inmobiliaria, evolución de los precios, grado accesibilidad a la vivienda, etc. Activo: Indicadores específicos del activo no afectados como contaminación, ocupación, etc.
Los ratings son dinámicos y pueden variar cada mes, por lo que contar con esta información, es importante para poder establecer estrategias y poder intentar mitigar el impacto sobre el activo inmobiliario.